El inminente fracaso del Proyecto Majes – Siguas II es tan solo una raya más al tigre. Me refiero al tigre que representa la fallida regionalización del país, y – en general – al tigre que representa al Estado, también fallido que tenemos. Efectivamente ¡qué lástima lo que está sucediendo en nuestro país!
El más emblemático proyecto arequipeño está a punto de terminar a capazos. La irrigación que – de haberse ejecutado – habría propiciado más de US$ 2,000 millones en inversiones agrícolas y de servicios, 100 mil empleos directos formales, 200 mil empleos indirectos, US$ 1,000 millones anuales de exportaciones agrícolas, cientos de millones de tributos para el Estado, 600 MW de energía hidroeléctrica, y cualquier cantidad de beneficios para la población arequipeña, está moribunda.
Encima de todo eso, los peruanos tendremos que pagar US$ 200 millones – o más – a la concesionaria de la obra, por la demanda que de hecho vamos a perder en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones del Banco Mundial (CIADI), sin contar los US$ 300 millones adicionales que tendremos que pagar a la concesionaria de las centrales de Lluta y Lluclla, por la energía que dejarán de generar.
Ciertamente, la ideología socialista, nacionalista, anti empresarial, y demás, está jugando un papel determinante en este estrepitoso fracaso político peruano. Incluso, la corrupción – ¡cuándo no! – también está teniendo vela en este entierro. O ¿acaso Cáceres Llica no estaba involucrado en la repartija de tierras del proyecto?
Entonces, si el Gobernador Regional de Arequipa es de esos, y encima está preso por corrupción, y los encargados regionales no atienden ni las llamadas telefónicas, y el Gobierno Central no es capaz de decir – esta boca es mía – ¿qué empresa en su sano juicio va a invertir un céntimo en nuestro país?
Ahora ¿con qué excusas nos saldrán? Por lo pronto, ya apareció el típico peloteo del gran bonetón estatal – ¿yo señor? no señor, sí señor… el Gobierno Regional de Arequipa tiene la culpa. No señor, el Gobierno Central es el culpable. Sí señor, todos tienen la culpa, menos yo. – Pues, así están las cosas en el Estado. Nadie es responsable. ¿No hay proyecto Majes?... no hay problema. No hay delito. No pasa nada.
Y ¡mucho ojo! El proyecto Chavimochic III en La Libertad – a pesar de estar mucho más avanzado que Majes – podría seguir el mismo derrotero. La presa Palo Redondo está al 70% de avance de obra. Sin embargo – por estar Odebrecht en la colada – nuestras autoridades no han sido capaces de continuar el juicio penal por corrupción y sancionar ejemplarmente a los responsables, sin afectar el proceso constructivo del proyecto. El hecho es que Chavimochic también está paralizado y la presa – en construcción – se está deteriorando.
Peor aún, de seguir las cosas como están, el contratista – repito, ¡Odebrecht! – aunque parezca mentira, tendrá expedito el camino para denunciarnos ante el CIADI, y exigirnos un pago millonario por daños y perjuicios. ¡Qué ironía! Y el Gobierno Central… ¡bien gracias! ¿No hay proyecto Chavimochic?... no hay problema. No hay delito. No pasa nada.
Ese es el Socialismo del Siglo XXI. Ese es el estatismo retrógrado, acomplejado, inoperante, populista y corrupto, por el que tanto abogan algunos. Ese es el Gobierno Central incapaz que tenemos. Esa es la regionalización fallida que tan demagógica y convenidamente ensalzan el Presidente Castillo y sus ministros. Ese es el camino que – en su momento – emprendieron Venezuela, Cuba y Nicaragua… y miren dónde están. A eso nos quieren llevar el Presidente y su pandilla.
¿Otra raya más al tigre? La Superintendencia Nacional de Migraciones – aquella que tan bien nos sirvió durante tanto tiempo – se está yendo a pique. Ahora, sacar o renovar pasaportes se ha vuelta misión imposible. ¡Qué lástima!
Una más. Las colas para pruebas COVID se han vuelto infernales. Igual sucede con las colas para los certificados de salud correspondientes. Peor aún – y típico de gobiernos corruptos e inoperantes – el padrón digital de vacunación del Ministerio de Salud ha sido tomado por mafiosos. Personas no vacunadas figuran como vacunadas… y hasta con dosis de refuerzo. ¡Cuánta plata está corriendo bajo las mesas del MINSA! ¡Qué lástima!
La última. La delincuencia – incluido el sicariato – está fuera de control, en todo el país. La corrupción en el Estado – empezando por el No. 1 – igual. Por otro lado, la gente no tiene trabajo. El hambre está rondando nuevamente por el ambiente. La mendicidad – con criaturitas a cuestas – está en cada esquina. Las ollas comunes están de vuelta. ¡Qué lástima!
¡Qué lástima tener un Estado tan inoperante, retrógrado, corrupto y empobrecedor! ¡Qué lástima tener tantos “cojudignos” que atribuyen el actual estado de caos y desgobierno, a la inexperiencia del Presidente, a la deslealtad de algunos colaboradores que – de buena fe – él mismo designó, a su inocencia y falta de malicia, etc. en vez de llamar las cosas por su nombre, y referirse al Presidente Castillo como el gran farsante que es, además de corrupto, tramposo, pillo, y todo lo demás.
De veras… ¡qué lástima!