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ARTÍCULOFERNANDO CILLÓNIZ BENAVIDES

Lima, 18 de setiembre de 2019

Para los que no conocen del tema, el Juramento Hipocrático es un pronunciamiento público – de carácter ético – que hacen los jóvenes que se gradúan en carreras de medicina humana. Y – entre otras expresiones – el juramento dice así: “Me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad… Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad… La salud y la vida de mi enfermo será la primera de mis preocupaciones… Tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su concepción… Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor”

Entonces – uno se pregunta – ¿dónde quedó el Juramento Hipocrático de los médicos que cobran indebidamente a pacientes pobres, cuyas atenciones están cubiertas por el SIS… el Seguro Integral de Salud? ¿Qué diría el viejo Hipócrates respecto a los médicos y enfermeras que trafican con las medicinas de los hospitales públicos? ¿Qué me dicen de los médicos que marcan asistencia, luego abandonan el hospital… y encima cobran como si hubieran trabajado normalmente? ¿Qué juramento hicieron los médicos y enfermeras que – por acción u omisión – malogran los equipos de los hospitales públicos para derivar a sus pacientes a sus clínicas privadas?
Está claro… el gremio médico tiene de cal y de arena. No podemos tapar el sol con un dedo. Tenemos médicos muy corruptos e indolentes, y enfermeras de baja estofa que maltratan descaradamente a los pacientes y sus familiares. A ese respecto – ante la clamorosa inoperancia de los órganos de control del Estado – la ciudadanía debe identificar a esas lacras de la salud pública, y desenmascararlas públicamente como corresponde.

No obstante, hay felizmente – en Ica y en todo el Perú – muchos excelentes profesionales de la salud que hacen honor a sus juramentos hipocráticos, y que son el orgullo de todos los peruanos. A ellos se deben muchas curaciones extraordinarias que han salvado miles de vidas humanas. Gracias a ellos – precisamente – mejoramos mucho la salud pública en Ica… en la gestión regional anterior.

Aulas hospitalarias para niños internados, para que no pierdan sus clases escolares. Reducción de tiempos de espera, y disminución de colas para consultas externas. Encuestas de valoración de las atenciones recibidas. Y por supuesto, sanción – de acuerdo a ley – para quienes cometieron faltas graves. He ahí algunos logros tangibles de nuestra gestión 2015 – 2018 para mejorar la salud pública en Ica.

Por obvias razones, fuimos objeto de muchas denuncias. Los médicos corruptos – y sus defensores – jamás dieron su brazo a torcer. Sin embargo, fue toda una experiencia luchar contra la corrupción y la indolencia en los hospitales de la región. Con decir que los directivos del Colegio Médico de Ica – y hasta los congresistas de la región – salieron en defensa de lo indefendible.

Contra viento y marea sancionamos muchos actos de indisciplina laboral, por más respaldo cómplice – político y periodístico – que tenían estos malos servidores públicos. Pero no se salieron con la suya. La ciudadanía – sobre todo, los pacientes y sus familiares – eran la razón de ser de nuestro trabajo.

Para eso estábamos… para erradicar la corrupción y el maltrato en nuestro sistema de salud. Había que luchar contra el clientelismo político… ¡y lo logramos! Había que erradicar la anarquía en salud… ¡y también lo logramos!

¡Sí se puede mejorar la salud pública en nuestro país!