Según el Ministerio de Agricultura, la actividad que más agua dulce consume a nivel nacional es – precisamente – la agricultura. Efectivamente, las plantas consumen mucha más agua que los animales y los seres humanos. Incluso, más agua que la minería, la industria y los servicios. Eso en cuanto a la demanda de agua según las actividades humanas.
Ahora veamos la oferta. Mejor dicho, la disponibilidad de agua dulce, la cual – en el caso peruano – proviene totalmente de las lluvias. La pregunta es: ¿hay suficiente agua de lluvias en nuestro país para atender las necesidades de la población, de la agricultura, de la minería, de los animales, y de todas las demás actividades? Y la respuesta es SÍ, aunque algunos digan lo contrario.
El Balance Hídrico Total en nuestro país, es positivo. Es decir, la cantidad de agua de lluvias supera largamente la demanda de agua de todas las actividades antes mencionadas. Efectivamente, todos los años, en la temporada de lluvias, entre los meses de diciembre y abril de cada año, todos los ríos del Perú llevan mucha más agua que la que necesitamos. Incluso, en regiones como Ica, donde se dice que hay escasez de agua.
El problema – es cierto – se presenta en los estiajes, entre los meses de mayo y noviembre de cada año, cuando no llueve. La repregunta entonces es: ¿si llueve tanto en los veranos, por qué no construimos reservorios en la Sierra – y plantamos bosques y pastizales – para guardar parte de esas aguas abundantes, para disponer de ellas en los estiajes? ¿Qué dice el Ministerio de Agricultura al respecto, el verdadero responsable del afianzamiento hídrico en el país? No se oye padre.
Más aún ¿por qué no infiltramos los acuíferos con las aguas sobrantes de las avenidas? ¿Por qué no tratamos las aguas servidas de los pueblos – me refiero a los desagües – y las volvemos aptas para su reutilización, al menos en la agricultura? Incluso ¿por qué algunos alcaldes indolentes rechazan ofrecimientos de suministro de agua de parte de algunas empresas privadas? ¡A tanto llega la mezquindad de nuestras autoridades ediles!
A lo que quiero llegar es que tenemos mucha agua dulce que desperdiciamos. En nuestro país hay agua más que suficiente para que todos los peruanos tengamos agua de buena calidad, 24 horas al día, todos los días del año, todos los años.
Sin embargo, ese no es el caso. Pero en vez de identificar la verdadera causa del problema, hay personas ideologizadas – políticos, académicos, periodistas, dirigentes, etc. – que atribuyen la falta de agua a las empresas agrarias “que se la llevan toda, y dejan sedienta a la población”. ¡Así dicen esos acomplejados ideologizados!
¿Por qué no mencionan palabra alguna acerca del fracaso estrepitoso de las empresas municipales de agua y saneamiento, ni de la corrupción e inoperancia de estas? Su silencio los delata. Claramente, hay muchos opinólogos – que fungen de adalides del agua – que no se atreven a desenmascarar al Estado por su pésima gestión del agua.
Seamos sinceros. Ica tiene agua dulce, y muchas veces, demasiada. Tanta que el actual Gobierno Regional – lamentablemente, con hartas coimas de por medio – está ensanchando el río Ica para evitar inundaciones como las que ocurren en la ciudad cada cierto tiempo. Ojo, dije inundaciones… aquel fenómeno natural que ocurre cuando el río lleva tanta agua, que se desborda. Incluso, cuando no ocurren los desbordes en Ica ¿acaso los iqueños no estamos todos los años, entre los meses de diciembre y abril, al borde del desastre por inundación de la ciudad? ¿Acaso, todos los años en temporadas de avenida, los iqueños no vemos pasar cualquier cantidad de agua dulce frente a nuestras narices? ¡Como que Ica no tiene agua!
Y para graficar mejor la inoperancia del Estado en cuanto a la gestión del agua para uso poblacional ¿acaso nuestros hermanos charapas en Iquitos, no padecen de falta de agua potable en sus viviendas, a pesar de estar rodeados de agua dulce por todos lados?
Envidia, rencor, complejo, falsedad, politiquería barata… todo eso – y mucho más – denotan los videos ideologizados que el Ministerio de Cultura y la Pontificia Universidad Católica del Perú están propalando contra las empresas iqueñas.
Repito y concluyo. En Ica tenemos agua y en el Perú también… gracias a Dios. Lamentablemente, también tenemos opinólogos ideologizados que no se atreven a decir que tampoco tenemos es un Estado honesto y eficiente para gestionar bien el agua que tenemos.