Ciertamente, no fueron elegidos para ser Gobierno. Sin embargo, llegaron al poder. El hecho es que – sin saber cómo, ni porqué – asumieron el Gobierno Central y reconocieron su carácter transitorio. – Somos un Gobierno de Transición… nuestro mandato es hasta el 28 de julio del 2021 – advirtieron correctamente.
Pero ese era sólo el nombre… faltaba el apellido. El apellido tenía que ver con la brutal crisis que estamos viviendo los peruanos en todos los ámbitos… sanitario, económico, político, social, moral. y todo lo demás. Entonces, el nombre y apellido quedó así – somos un Gobierno de Transición y de Emergencia –. ¡Buena señal!
El problema es que de saque – lejos de actuar como Gobierno de Transición y Emergencia – se tiraron contra la Policía Nacional del Perú (PNP) y destituyeron a los más altos mandos de la institución. Peor aún, divinizaron el vandalismo infiltrado en las protestas de Lima, Ica, y La Libertad. Muchos policías fueron masacrados por las turbas, y el Gobierno no hizo nada por defenderlos. Incluso – presionados por los mismos vándalos que masacraron a la Policía – el Gobierno derogó la Ley de Promoción Agraria… la cual había propiciado la formalización laboral de cerca de un millón de trabajadores del agro, y disparado las exportaciones agrícolas a más de US$ 7,000 millones el año pasado.
Entonces, cabe la reflexión. Si están haciendo añicos a la PNP. Si están cambiando a cuanto funcionario público de carrera se encuentran por el camino. Si están quebrando a los pequeños y medianos agricultores. Si están trabando las actividades empresariales en todo el país. Si están promulgando leyes populistas de altísimo costo fiscal. ¿Cómo pretenden autodenominarse Gobierno de Transición y Emergencia?
Por otro lado, la fobia empresarial les sale por los poros. Efectivamente ¿por qué excluyen a las empresas privadas de comprar, distribuir, y aplicar vacunas contra el COVID 19? ¿Por qué el Estado, sólo el Estado, y nadie más que el Estado puede intervenir en los asuntos de la pandemia? ¿Acaso no estamos en emergencia sanitaria? ¿Acaso el Estado está preparado para vacunar a todos los peruanos, sin ayuda de nadie? ¿Qué de malo tendría que ambos – el Estado y la sociedad civil – colaboremos mutuamente en la lucha contra la pandemia?
La verdad… este Gobierno no tiene nada de transitorio, y menos de emergencia. Este Gobierno está actuando como si acabara de ganar una elección para un mandato gubernamental de 5 años. Este Gobierno está desubicado. No sabe dónde está, ni cómo llegó a donde está.
El problema es que en vez de combatir la pandemia con eficiencia y buen criterio, facilitar la recuperación económica y la generación de empleos formales, y conducir las elecciones generales 2021 de manera transparente y democrática, el Gobierno está enfrascado en – lo que algunos denominan – la desinstitucionalización y la descapitalización del país.
Ciertamente, el Congreso de la República también tiene vela en este entierro. Ambos – Gobierno y Congreso – han resultado cada uno más populista y demagogo que el otro. Como que se han juntado el hambre y la necesidad.
¡Qué problema! El – supuesto – Gobierno de Transición y Emergencia ha resultado ser el gran reformador institucional del país. Pero un reformador en el sentido negativo de la palabra. Un reformador destructivo de la PNP. Un reformador destructivo de la agricultura empresarial del Perú. Un Gobierno recontra populista a la hora de gastar más – y mal – el dinero de los contribuyentes. Y lo peor de todo, un Gobierno pusilánime a la hora de respaldar a la PNP en su función de imponer el orden público y resguardar la seguridad ciudadana.
Un Gobierno de Transición y Emergencia… eso es lo que dijeron que serían. Un Gobierno populista y débil… eso es lo que son.