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ARTÍCULOFERNANDO CILLÓNIZ BENAVIDES

Lima, 15 de enero de 2020

La política peruana es un fracaso – entre otros motivos – por la perversa discontinuidad de los buenos funcionarios del Estado. Veamos el caso del deterioro reciente del servicio de salud pública en Ica.

Como se sabe, Ica fue la única región – a nivel nacional – que logró eliminar las colas en los hospitales públicos. Y ¡vaya que fue difícil lograr dicha mejora! Pero valió la pena. Las expresiones de gratitud y aprecio – de muchos pacientes – fueron muy tiernas y reveladoras.

Para ello tuvimos que confrontar a las consabidas mafias enquistadas en los hospitales de Ica, tal como ocurre en muchos hospitales públicos de todo el país. Entre paréntesis… el gremio médico es mucho más corrupto de lo que cualquier ciudadano común y corriente pudiera imaginar.
Para muestra… unos botones. Abandonos de trabajo, cobros indebidos, agresiones físicas, robos de fármacos, compras de medicamentos vencidos, sustracciones de equipos, falsificaciones de títulos académicos, etc. Ante ello, no nos quedó otra alternativa que aplicar la ley. Esto es, destituir y suspender a un centenar de médicos, enfermeras, técnicos, y funcionarios administrativos que formaban parte de las mafias.

El hecho es que – contra viento y marea – logramos modernizar la gestión hospitalaria. No obstante, la gran mejora se logró cuando digitalizamos el sistema de programación de citas para consultas externas. En realidad… el sistema heredado estaba diseñado – deliberadamente – para facilitar el accionar de la corrupción.

Entonces… la pregunta es ¿por qué cambiaron a los directores – y demás funcionarios – que lograron eliminar las colas y mejoraron la atención de los pacientes? ¿Acaso no hubiera sido mejor mantenerlos en sus cargos… al margen de la alternancia en el Gobierno Regional?

¡Qué sabe el burro de alfajores! ¿Qué puede saber – de gestión hospitalaria – un Gobernador Regional cuya profesión es Ingeniero Civil? Dicho sea de paso, yo también soy ingeniero. Y – por ende – tampoco tenía porqué saber de salud pública.

Sin embargo… lo que sí teníamos que saber – ambos – es si la atención era buena o mala. O más fácil… ¿hay colas o no? ¿Los médicos abandonan – o no – los hospitales para atender a los pacientes en clínicas privadas? ¿Hay robos de medicamentos… sí o no? ¿Hay cobros indebidos… sí o no?

A ese respecto – lamentablemente – las colas, los maltratos, y las coimas han vuelto a los hospitales de la región. Y eso lo sabe el Gobernador Gallegos. Incluso, algunos funcionarios destituidos – cuyas sanciones habían sido ratificadas por el tribunal de SERVIR – han sido repuestos en sus cargos. ¡Qué lástima! Lo que con tanto esfuerzo logramos corregir, se ha echado a perder… ¡en menos de un año!

Y lo mismo se puede decir de la discontinuidad en la gestión de otras dependencias del Gobierno Regional. Dependencias que requieren de especializaciones muy propias de cada sector…. cosa que no vemos en la actual administración.

Plan Cero Colas, Coro Sinfónica, Startups Tecnológica, Siembra y Cosecha de Agua, Gran Amauta, Tercerización de Huacachina. “Los programas de la gestión anterior… no van más”. Esa fue la orden. El clientelismo político está de vuelta. Los cargos en el Gobierno Regional se asignan al mejor postor. ¿Meritocracia? A esos tipos no les interesa la meritocracia… a esa gente sólo le gusta la marmaja.

Política retrógrada y mafiosa… ¡cuánto daño nos haces a los peruanos!