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ARTÍCULOFERNANDO CILLÓNIZ BENAVIDES

Lima, 13 de julio de 2021

Algunos proponen una nueva Constitución, sin dar ningún detalle al respecto. Sólo, borrón y cuenta nueva. Y mucha gente respalda la propuesta a ciegas. Lo mismo ocurre con la propuesta de una segunda Reforma Agraria. ¿Detalles? Cero. Simplemente, Reforma Agraria… versión No. 2.

La primera Reforma Agraria – la de Velazco – fue un fracaso. Los números lo dicen todo. Producción, sanidad, tecnología, exportaciones, importaciones, empleo, tributación, pobreza, corrupción… todos los indicadores de la primera Reforma Agraria denotan su fracaso. Si de resultados se tratara, la Reforma Agraria de Velazco fue una de las reformas políticas más empobrecedoras que jamás se hayan promulgado en nuestro país.

Seguramente, fue bien intencionada. Pero como diría sabiamente Milton Friedman – Premio Nobel de Economía 1976 – uno de los grandes errores de las personas es juzgar a las reformas por sus intenciones más que por sus resultados.

Sin embargo, el candidato Castillo – secundado por varios personajes de la izquierda política de nuestro país – insiste en una segunda Reforma Agraria. ¿Para qué repetir algo que fracasó? No se oye padre. El hombre está mudo.

Pedro Francke es el único que da la cara. Pero el tipo anda en aprietos. ¿Cómo decir que no habrán expropiaciones? Que no se refieren a las empresas agrarias modernas y formales. Y que la segunda Reforma Agraria estará enfocada en brindar más agua, mejores carreteras, financiamiento oportuno y asistencia técnica a los pequeños productores del campo. O sea, perfecto. ¿Alguien – en su sano juicio – podría estar en contra de ello?

El problema es ¿quién le cree a esa gente? ¿Está Francke empoderado para decir lo que está diciendo? De ser así, ¿Cerrón está fuera del plan de Castillo… y sus congresistas radicales también? Porque ¡vaya que la facción de Cerrón y la de Castillo andan cada una por su lado, sin ningún objetivo común de por medio! O la pregunta del millón ¿sería capaz Castillo de contrarrestar la facción radical de Cerrón?

La verdad… hay mil interrogantes en el ambiente. Y – por si fuera poco – la corrupción dentro de Perú Libre revienta todos los días por todos lados. Cada vez resulta más evidente que estamos ante una mafia… y de las bravas. Efectivamente, Cerrón y su pandilla se parecen cada vez más a la mafia de César Álvarez, el tristemente célebre ex Gobernador Regional de Ancash, condenado recientemente a 35 años de cárcel.

La pregunta entonces es ¿qué nuevo texto constitucional podría propiciar un gobierno mafioso liderado por Perú Libre? ¿Qué segunda Reforma Agraria podría salir de ese esperpento político?

Pues bien, lo que está en juego – en lo que al agro se refiere – es lo que en el mundo se comenta como el milagro agrícola peruano. El extraordinario desarrollo de la agricultura exportadora del Perú. Las aproximadamente 250,000 hectáreas de frutas y hortalizas que exportarán US$ 8,000 millones en este 2021… a pesar de la pandemia, y a pesar de los políticos. El millón de trabajadores peruanos que hicieron el milagro… y que llevaron bienestar y progreso a sus familias. La impresionante conquista de los desiertos de la Costa. La extraordinaria multiplicación del valor de la producción agrícola, sin aumentar las áreas de cultivo. Las mentes brillantes de muchos jóvenes profesionales peruanos que nos llevaron – con mucho esfuerzo y talento – al sitial que ostentamos actualmente.

Si en el 2020 logramos el récord histórico de exportaciones agrícolas – US$ 7,500 millones – el 2021 viene mejor aún. El récord del 2020 será superado largamente este 2021. Más uvas, más arándanos, más paltas, más todo. Y si la política no lo echa todo a perder, el próximo año será mejor. Y el 2023 igual, el 2024 ídem… hasta nunca acabar de crecer y progresar.

¡Eso – más todo el desarrollo comercial e inmobiliario de las regiones agroexportadoras como Ica, La Libertad, Lambayeque, Piura, etc. – es lo que está en juego con una segunda Reforma Agraria!