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ARTÍCULOFERNANDO CILLÓNIZ BENAVIDES

Lima, 3 de setiembre de 2019

El Producto Bruto Interno (PBI) de un país crece en la medida que aumenta la inversión en infraestructura. Eso lo sabe cualquiera. A más carreteras, más PBI. A más ferrovías, más PBI. A más irrigaciones y gasoductos, más PBI.

Pero no todo PBI es bueno. Por ejemplo, las inversiones de la pandilla brasilera en proyectos como la Carretera Interoceánica, la Línea 2 del Metro, y el Gasoducto Sur Peruano – por solo mencionar unos cuantos – aumentaron el PBI de nuestro país. Y – aunque parezca mentira – las adendas que inflaron los costos de dichos proyectos también; ¡incluidas las coimas y sobornos!

En el ámbito iqueño, la situación es parecida. Muchas gestiones regionales corruptas aumentaron el PBI de Ica a través de inversiones sobrevaloradas, mal hechas, y pésimamente priorizadas. ¿Cuánta cutra habrá corrido por ahí? ¿Quién responde por los proyectos fallidos como la Defensa Ribereña inexistente en Pisco, los puentes inacabados de Palpa, el grotesco Palacio Municipal de Marcona en Nasca, y varios esperpentos más?
Pero ahí no acaba la cosa. Cuando asumimos la gestión regional en el 2015, encontramos cerca de 40 obras inconclusas y abandonadas, entre las cuales había proyectos de agua y desagüe, puentes y caminos, centros de salud y escuelas, proyectos de seguridad ciudadana, entre otros. ¡Más de 200 millones de soles – que para Ica es un mundo de plata – que no servían para nada!

Seamos sinceros. El PBI de nuestro país está inflado (1) por sobrevaloración de los costos de algunos proyectos de infraestructura, (2) por el pago de coimas y sobornos, (3) por las inversiones en obras inútiles, y (4) por obras inconclusas y abandonadas. Insisto, no todo crecimiento del PBI es bueno. También puede haber PBI del malo, y ¡vaya que tenemos bastante PBI malo en nuestro país!

¿Qué hacer frente a tanta podredumbre? Pues corregir – de raíz – la causa de todo este desmadre, el cual ha sido generado por gente corrupta. ¡No al clientelismo político, porque ahí está la raíz de la corrupción en el país! ¡Sanción a los funcionarios y empresarios que hayan cometido actos de corrupción!

Mi diario vivir en el Gobierno Regional fue muy aleccionador. Cuando detectamos actos de corrupción – cosa que sucedió con frecuencia – el mayor problema estuvo en el mal entendido “espíritu de cuerpo” al interior de la institución. Resulta que para que haya sanción a algún funcionario corrupto, tienen que estar alineados (1) la Secretaría Técnica – que es órgano investigador y sancionador de los malos funcionarios – (2) la Jefatura de Recursos Humanos, y (3) la Jefatura inmediata superior del funcionario en cuestión. Si uno de los tres estamentos administrativos flaquea – cosa que también sucedía con frecuencia – no hay sanción. Aunque eso de flaquear es un decir. Lo que había era connivencia. O sea; corrupción a todo nivel.

No obstante, cuando la trilogía… Secretaría Técnica – Recursos Humanos – Jefatura Administrativa funciona como corresponde, la sanción se aplica de acuerdo a ley; la disciplina laboral se establece con normalidad; y – lo que es mejor – el servicio público mejora.

Conclusión: Sólo con gente honesta saldremos de este desmadre moral. Gente competente, tenemos. No hay que cambiar ninguna Constitución, ni ninguna ley o política pública. ¡Sigamos con las inversiones privadas en infraestructura! No creemos más instituciones anticorrupción. Lo único que hay que cambiar es la moral de nuestra gente.