Pero la situación es más grave aún. La delincuencia se ha esparcido a otras zonas de Madre de Dios. El turismo de naturaleza – la actividad más emblemática de la región – está sufriendo cada vez más asaltos y robos. Incluso, crímenes.
La agricultura y la ganadería también están en crisis. Resulta que para transportar Diesel en Madre de Dios se necesitan una serie de permisos que demoran una eternidad. Y como se sabe, nuestro Estado – además de corrupto – es tremendamente inoperante para esos menesteres. El hecho es que los agricultores y ganaderos están atrapados entre la necesidad de transportar petróleo para sus tractores, y la codicia de ciertas autoridades por chaparlos infraganti. Es decir, el Estado contra agricultores y ganaderos. ¡Abusivos!
A propósito de abusos ¡qué brava está la corrupción en Madre de Dios! No hay conversación con lugareños donde no salga el tema a relucir. Una vez más, debo aclarar que no todos los funcionarios públicos de Madre de Dios son corruptos. Pero eso sí; son los menos. El hecho es que es muy difícil vivir y trabajar formalmente en aquella alejada y maravillosa región de nuestro país.
Ahora bien. Pasemos a cosas positivas. El Centro de Innovación Productiva y Transferencia (CITE Minería y Medio Ambiente) y el Centro Tecnológico Minero (CETEMÍN) han instalado en Puerto Maldonado una planta piloto de concentración gravimétrica de oro aluvial que no utiliza mercurio ni ningún químico contaminante. ¡Ahí está la solución!
¡EUREKA! Madre de Dios podría convertirse en una potencia aurífera limpia y sostenible. Sin mercurio. Sin contaminación ambiental. Primero se tala el bosque de manera controlada e itinerante, y se realiza el negocio forestal. Luego se extrae el oro aluvial, sin contaminar el medio ambiente. Y finalmente, se repone el bosque con especies debidamente seleccionadas.
Madre de Dios bío-diversa, turística, forestal, ganadera, agrícola, industrial, comercial… y minera. He ahí la imagen del futuro deseado de la economía de Madre de Dios. Ellos no merecen la crisis que están sufriendo. Madre de Dios merece ser lo que su nombre sugiere. Un lugar divino. Un lugar para vivir y trabajar, maravilloso.