Por otro lado ¿qué decir de la inoperancia del Estado en materia de administración de justicia? Belaunde Lossio saliendo de la cárcel impunemente – por exceso de carcelería, sin haber sido acusado – es un escándalo. Cinco años preso y la Fiscalía… no pasa nada. Ahora resulta que Belaúnde Lossio es una víctima de la justicia. Por todo ello, ese fiscal – el del caso Belaúnde Lossio – merece una drástica sanción.
Pero sigamos. Además de basarse en la verdad, la justicia debe ser misericordiosa. Está claro que la justicia debe castigar al delincuente. Pero – a la vez – debe tratar de rehabilitarlo. Y esto último no está ocurriendo.
La corrupción enquistada en la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Poder Judicial, y el Instituto Nacional Penitenciario ha destruido el concepto de justicia en nuestro país. No sólo por las coimas que van y vienen como Pedro en su casa en casi todas nuestras instituciones públicas. Tampoco por el abuso de autoridad, tan propio de muchos malos funcionarios. Sino – sobre todo – para la falta de misericordia.
O sea, por la inexistencia de un genuino propósito de rehabilitación de los delincuentes. Como que nuestro sistema de justicia vive de la delincuencia. Y – peor aún – la alimenta para medrar de ella.
El odio y sed de venganza que denotan algunos fiscales respecto de sus presas – también – desnaturalizan el concepto de justicia. Lo acontecido recientemente entre el Fiscal José Domingo Pérez y la Asociación Reflexión Democrática así lo demuestra.
¡Cómo puede ser posible que becar y capacitar a postulantes al Congreso de la República resulte – para el Fiscal Pérez – criminalidad organizada! Una causa noble, una loable iniciativa, pluralidad y neutralidad comprobadas, buena fe por donde se le mire… todo ha sido trastocado y desnaturalizado por la obsesión justiciera del señor Fiscal.
¡Qué problema! Muchos peruanos vimos en él – y su equipo – una esperanza. ¡Por fin aparecía la justicia para luchar contra la corrupción… caiga quien caiga! La juventud – íntegra y valiente – salvaría al Perú. ¡Esa era la esperanza! Pero no. Una vez más, parece que ese no es el caso. Lo del Fiscal Pérez y Reflexión Democrática es puro odio justiciero. Eso no es justicia.
Es evidente. Estamos muy lejos respecto de un buen sistema nacional de justicia. Pero por algo había que empezar. Y ese algo era el equipo especial del caso Lava Jato. Pero, así como van las cosas… hasta en ello vamos a fracasar.
Repito. La justicia es un don. Vamos por el bien y la verdad. Vamos por el castigo a los delincuentes. Pero sin abusos, ni odios justicieros.