Recordemos. Fue el DIÁLOGO –así, con mayúsculas– lo que nos llevó a ver la luz del agua para Ica. Un diálogo basado en el respeto, equidad, justicia, y sostenibilidad. Vayamos de atrás a adelante. La sostenibilidad estaba referida a la intangibilidad de los bofedales y lagunas huancavelicanas. ¡Claro que había que respetar la naturaleza altoandina! La justicia implicaba la implementación de un Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MERESE) lo cual se logró. Aunque hubiera sido mejor un Canon Hídrico equivalente al 50% del Impuesto a la Renta que pagan las empresas agroexportadoras a la SUNAT, el cual serviría para construir reservorios, plantar bosques y cercar pastizales en la Sierra.
La equidad implicaba dos condiciones. (1) Compartir el Proyecto Especial Tambo Ccaracocha (PETACC) entre ambas regiones, para lo cual se creó la MANRHI. Y (2) compartir todas las aguas afianzadas. Primero para los usuarios de las partes altas de las cuencas, y luego para los usuarios de las partes bajas. Es decir, ambas regiones –no solo Ica– nos beneficiaríamos de la disponibilidad del agua.
Y el respeto implicaba eso… respeto. Respeto mutuo. Nada de insultos ni agresiones. Nadie es más que el otro. Somos iguales. Ambos tenemos necesidades de agua en los estiajes. Ambos tenemos dignidad. Somos “Hermanos de Agua”.
El proceso era un “gana – gana” perfecto. Ica y Huancavelica nos hermanábamos a través del agua y superábamos así 70 años de luchas y disputas. Por fin, tendríamos agua –ambas regiones– todo el año. ¡El sueño se hacía realidad!
Pero no. En enero pasado asumieron funciones los nuevos gobernadores regionales y al nuevo gobernador iqueño no se le ocurrió mejor idea que entrar con la pata en alto. ¡Una torpeza de aquellas! En cuestión de días se echó a perder todo el trabajo de 4 años.
Bastó una pachotada para que todo volviera a fojas cero. Ahora, han vuelto nuevamente los insultos entre iqueños y huancavelicanos. De nuevo los afanes de protagonismo. De nuevo la politiquería. ¿Y el agua? Nada… nada de nada.
¡Oh política egoísta, inoperante y corrupta; cuánto daño nos haces a los peruanos!